Detrás de la industria “tradicional”

El veganismo no es una moda, pero está claro que debe existir una moda vegana porque la explotación existe más allá de nuestros platos: entretenimiento, experimentación, mascotismo, trabajo y, por supuesto, la moda. Vestir vegano significa prescindir de cualquier prenda o accesorio con componentes de origen animal, eso es: piel, lana, plumas, pelo o seda.

Piel

Piel: Detrás de la industria "tradicional"

Inseminación forzada, cautiverio, sufrimiento y muerte. El cuero proviene de vacas, cerdos, caballos, cabras y ovejas, pero también de caimanes, avestruces, canguros, perros, gatos y un largo etcétera. La mayoría de cuero se exporta desde India y China donde no existen ni se aplican leyes de “bienestar animal”. Contrariamente a lo que se cree, la piel de estos animales no es un subproducto de la industria de la carne, gran parte del cuero proviene de animales maltratados y sacrificados por sus pieles.

Lana

Lana: Detrás de la industria "tradicional"

Pervive la idea de que la industria de la lana es inofensiva y que las ovejas necesitan ser esquiladas. Ningún animal necesita ayuda ajena para deshacerse de su pelo, eso sólo pasa cuando se las selecciona genéticamente para que produzcan cantidades desproporcionadas de lana llegando a ser el 50% de su peso. Sufren maltrato extremo en su esquilado (se paga por oveja y no por hora). También se les practica el mulesing (cortes en la zona del ano para que las moscas pongan allí sus larvas en lugar de hacerlo en los pliegues de la piel, así no se arriesga la producción de la lana). Mil millones de ovejas se crían cada año para esta industria. Las ovejas no nos dan su lana, se la quitamos.

Plumas

Plumas: Detrás de la industria "tradicional"

Los gansos y los patos son las aves más utilizadas en esta explotación. Vidas de hacinamiento e insalubridad para ser desplumados vivos, live plucking, causando un gran sufrimiento, heridas y desgarro de la piel. Son extremadamente maltratados, se les inmoviliza para el desplume y sus heridas serán cosidas sin anestesia. Viven este proceso hasta 5 veces antes de ser enviados al matadero. Un ganso produce tan solo 60 gr de micro plumas o plumón ¿imaginas cuántas aves se han torturado para una simple chaqueta? ¿Y para un edredón?

Seda

Seda: Detrás de la industria "tradicional"

Las larvas de polilla se incuban, alimentan y hormonan para que alcancen su tamaño máximo a las 6 semanas. Es entonces cuando se adhieren a ramas o árboles y se convierten en crisálidas formadas por un fibroso capullo de seda. De forma natural la polilla emergería del capullo secretando un ácido que lo estropea. Para que eso no ocurra y poder conservar la seda, el capullo con el gusano vivo en su interior es sumergido en agua hirviendo, sometido a vapor o cocinado en un horno. Se matan cientos de gusanos para una simple corbata.

Pelo

Pelo: Detrás de la industria "tradicional"

Esta industria mata anualmente 20 millones de animales salvajes y 40 millones criados en granjas. La captura de animales salvajes se realiza con diversos tipos de trampas que atrapan al animal por alguno de sus miembros destrozando su piel, músculos y hueso. En las granjas, a la muerte se suma la privación de libertad y explotación en condiciones deplorables durante toda su vida. Finalmente, son asesinados con cruentos métodos pensados para preservar la piel intacta (electrocución con electrodos en boca y ano, cámaras de gas, inyección de sustancias químicas, estrangulación, rotura de cuello o ahogamiento). En ocasiones, siguen con vida cuando comienzan a ser despellejados. Las principales especies criadas son los visones (25 millones al año) y los zorros árticos (3 millones), pero también encontramos explotaciones de martas cibelinas, nutrias, chinchillas, gatos o conejos entre otros.